El diagnóstico de una fractura del húmero proximal implica una evaluación clínica y pruebas de diagnóstico por imágenes. Aquí están los pasos típicos para el diagnóstico:
Historia clínica: El médico comenzará recopilando información sobre la lesión, incluyendo cómo ocurrió, los síntomas experimentados y cualquier antecedente médico relevante.
Examen físico: Se llevará a cabo un examen físico del hombro y el brazo afectados para evaluar la zona de dolor, sensibilidad, deformidad y función. Se pueden realizar pruebas específicas para evaluar la movilidad y la estabilidad de la articulación del hombro.
Radiografías: Las radiografías del hombro y el brazo son la herramienta diagnóstica inicial más comúnmente utilizada. Las imágenes radiográficas pueden mostrar claramente la presencia de una fractura, así como la ubicación, el tipo y la gravedad de la misma.
Tomografía computarizada (TC): En algunos casos, especialmente en fracturas complejas o para evaluar la extensión de la fractura, se puede realizar una tomografía computarizada para obtener imágenes más detalladas en 3D del húmero proximal.
Resonancia magnética (RM): La resonancia magnética puede ser útil para evaluar lesiones de los tejidos blandos circundantes, como los músculos, tendones, ligamentos y la cápsula articular, que podrían estar afectados por la fractura.
Ultrasonido: En ciertas situaciones, como en fracturas en niños o para evaluar la integridad de los tejidos blandos, se puede utilizar el ultrasonido como una herramienta complementaria de diagnóstico.
Basado en los hallazgos de la historia clínica, el examen físico y las pruebas de diagnóstico por imágenes, el médico podrá hacer un diagnóstico preciso de la fractura del húmero proximal y determinar el curso adecuado del tratamiento. Es importante buscar atención médica adecuada si se sospecha una fractura del húmero proximal para recibir un diagnóstico y tratamiento oportunos. Conoce más aquí en https://drperalestraumatologo.com/
TRATAMIENTO
El tratamiento de una fractura del húmero proximal depende de varios factores, incluyendo la gravedad de la fractura, la edad y la salud general del paciente, así como la presencia de otras lesiones asociadas. Aquí están las opciones comunes de tratamiento:
Tratamiento conservador:
Inmovilización: En algunos casos, especialmente en fracturas no desplazadas o mínimamente desplazadas, se puede utilizar un cabestrillo o una férula para inmovilizar el brazo y permitir que la fractura sane. Esto ayuda a alinear los fragmentos óseos y a prevenir movimientos que puedan causar más daño.
Reposo y elevación: Se recomienda evitar cargar peso sobre el brazo afectado y mantenerlo elevado por encima del nivel del corazón para reducir la hinchazón.
Medicación: Se pueden recetar analgésicos o antiinflamatorios para controlar el dolor y la inflamación.
Tratamiento quirúrgico:
Reducción abierta y fijación interna: En fracturas desplazadas o inestables, especialmente aquellas en las que los fragmentos óseos están mal alineados o hay una lesión asociada de los tejidos blandos, puede ser necesaria una cirugía para realinear los fragmentos óseos y estabilizar la fractura con placas, tornillos o alambres.
Artroplastia: En algunos casos de fracturas graves en pacientes mayores o con fracturas complejas que no pueden ser tratadas con otros métodos, puede considerarse la sustitución del húmero proximal por una prótesis artificial.
Rehabilitación:
Después de la fase aguda de tratamiento, se recomienda la fisioterapia para ayudar a restaurar la fuerza, la movilidad y la función del hombro y el brazo. Los ejercicios de rango de movimiento, fortalecimiento muscular y equilibrio son componentes importantes de la rehabilitación.
El tiempo necesario para la rehabilitación puede variar según la gravedad de la fractura y la respuesta individual del paciente al tratamiento.
Seguimiento médico:
Es importante seguir las instrucciones del médico y asistir a todas las citas de seguimiento para evaluar la progresión de la curación y ajustar el plan de tratamiento según sea necesario.
El tratamiento específico recomendado dependerá de la naturaleza y gravedad de la fractura, así como de las necesidades individuales del paciente. Es crucial buscar atención médica adecuada para una evaluación precisa y un manejo oportuno de una fractura del húmero proximal. Programa tu cita aquí.