La rotura de meniscos es una lesión común en la rodilla que ocurre cuando se rasga uno o ambos meniscos, que son dos piezas de cartílago en forma de media luna que actúan como amortiguadores entre el fémur y la tibia. Los meniscos ayudan a distribuir la carga y el peso en la rodilla y a mantener la estabilidad de la articulación.
CAUSAS
Las causas más comunes de una rotura de meniscos incluyen movimientos bruscos de la rodilla durante el deporte o actividad física, como giros o cambios rápidos de dirección. También puede ocurrir debido al desgaste natural del cartílago con la edad.
También, existen otros factores que suelen intervenir en una lesión meniscal:
- Obesidad
- Deficiencia constitucional
- Ineficiencia muscular
- Rodilla en valgo
- Laxitud ligamentosa, entre otros.
SÍNTOMAS
Los síntomas de una rotura de meniscos pueden incluir dolor en la rodilla, hinchazón, rigidez, dificultad para mover la pierna, pellizco recurrente en la rodilla y sensación de bloqueo o «atrapamiento» en la rodilla.
TRATAMIENTO
El tratamiento para una rotura de meniscos depende de la gravedad de la lesión, pero puede incluir fisioterapia, medicamentos para el dolor, inyecciones de corticosteroides o, en casos más graves, cirugía para reparar o eliminar el tejido dañado.
¿SIEMPRE HAY QUE OPERAR EL MENISCO ROTO?
La respuesta es no, todo dependerá de la gravedad de la rotura de menisco, las incomodidades que ocasiona, la edad del paciente y el estado de la rodilla, el médico traumatólogo debe decidir si se procede a realizar un tratamiento conservador o una cirugia para reparar el menisco roto.
El tratamiento conservador para una rotura de menisco está indicado en pacientes con roturas parameniscales, esto sucede cuando la rotura afecta a la parte periférica del menisco que es la que se corresponde con la zona que recibe riego sanguíneo, teniendo más probabilidad de regeneración.