Cirugia de tobillo El tobillo es la articulación que une a la pierna con el pie. La tibia y el peroné (huesos de la pierna) junto al astrágalo (hueso del tobillo) se fusionan con los músculos gracias a los tendones y ligamentos, conformando el eje que origina los movimientos flexibles del pie. Por esta razón, para la carrera de los atletas que dependen del buen funcionamiento del tobillo, los conservan fuertes y saludables porqué son sus herramientas de trabajo.
Los esguinces de tobillos son una amenaza constante en la vida de un deportista que puede acabar en una cirugia de tobillo. El esguince más común se da cuando el individuo pierde el equilibrio y pisa mal, ocasionando que el pie se doble de manera lateral -de adentro hacia afuera- rasgando las articulaciones comprometidas. Los esguinces se catalogan en 3 grados:
- Grado 1: Lesión de nivel leve. Los ligamentos se estiran más de lo normal, hinchándose en la zona dañada. El traumatólogo recomendará descanso físico, elevar el pie sobre la altura del corazón y una férula, que ayudará a los músculos y huesos a posicionarse en su estado normal.
- Grado 2: El desgarro parcial de ligamentos es un hecho. Aparecen hematomas color purpura por la filtración de los vasos sanguíneos a través de la piel dañada. El especialista recetará la postración de bolsas de hielo en el tobillo por 4 horas en un lapso de 2 a 3 días. También, un vendaje especial alrededor del pie que comprima la inflamación. El tiempo de descanso varía entre 4 a 8 semanas.
- Grado 3: El esguince más grave. El desgarro es total. Incluso los huesos se pueden ver afectados. Aquí, los traumatólogos proceden a operar para acabar con la hemorragia interna. Si el peroné logra penetrar la piel se le llama fractura compuesta o abierta.
En este procedimiento, el cirujano sedara al paciente con anestesia para dar inicio a la cirugia de tobillo. Posteriormente, iniciara haciendo un pequeño corte en la parte dañada. Ahí, el cirujano raspara los extremos de los huesos dañados, procediendo a instalar una placa con tornillos metálicos que se encargarán de sujetar los huesos que se rompieron. Las placas no son perecibles. En ciertos casos se debe de reemplazar, si el paciente es una persona mayor de sesenta años. Si un joven es la víctima, los huesos y músculos que rodean el tobillo tendrán que trabajar el doble para sostener las actividades diarias que realizaba antes de su lesión. Entonces no habría problemas de volver a la normalidad.